Una generación se nutre de muchas voces, en ocasiones algunas hasta distorsionadas, moduladas y encapsuladas en pequeñas dosis de nostalgia, agitación y denuncia como acostumbran a ser las piezas que ensamblan el siempre singular discurso de Chenta Tsai. Bajo su ya popular pseudónimo, PUTOCHINOMARICÓN vuelve a no dejarnos indiferentes y a querer adentrarse en esa personal cruzada por combatir la generalista mirada del hombre blanco y heterosexual que ha copado el imaginario colectivo de nuestros días con su desmesurada presencia, regalándonos esos particulares chutes de crítica y reproche tan definitorios a través de los once cortes de este “JÁJÁ ÉQUÍSDÉ (Distopía Aburrida)” (Elefant Records, 2022), su tercer disco de estudio.
Para esta ocasión, Chenta ha querido darle una vuelta de tuerca al sonido que ya venía presentándonos, mirando de manera más directa hacia los lados más extremos de la electrónica y alejándose con cierta indiferencia de lo que pudimos ver en su anterior entrega, “Miseria Humana” (Elefant Records, 2019). Responsabilizamos de los frutos que afloran en este tercer LP a ese viaje a Taipéi que Chenta realizó poco después de la pandemia, y donde la frustración por toparse con una cultura y un país muy distintos a los que recordaba en su infancia originaron un mar de contradicciones y reflexiones identitarias que acabaron teniendo su fiel reflejo en esta nueva entrega. El impacto generado por esta toma de conciencia de ver hasta qué punto la conquista blanca había calado en el subconsciente de su Taiwán natal (y hasta en el ambiente queer del mismo) le hizo tomar cartas en el asunto y sacar de dentro de sí cualquier vestigio preconcebido que viniera delimitado por esta mirada totalitaria y colonizadora, concibiendo así una diatriba en la que Chenta dialoga consigo mismx sobre el sentido que tiene poseer o no una identidad.
Desde el mismísimo arranque del álbum y debajo de esas múltiples capas de pop futurista podemos seguir percibiendo intactas las cosas que tanto nos gustaron de sus primeros trabajos, como esa siempre acertada forma de sacudir el capitalismo a golpe de verdad (“trabajo para vivir y vivo para trabajar, porque soy renacentista de tutorial” canta entre bruscas modulaciones vocales para el corte de inicio) y darle duro a los remordimientos entregados a la gula consumista más agresiva (“todo el fucking día comprando el AliExpress”). Más entregadx formalmente al sonido PC Music que nunca le percibimos ya en la tercera pista del disco, con esa colaboración con GFOTY, una de las voces buque insignia del sello británico previamente mencionado y con la que consigue verter sobre las hendiduras de esta “Tamagotchi” la esencia más glitchcore que jamás haya firmado. Más accesible y en la onda de su primer disco son “DM”, un cruce de realidades temporales en las que un RnB de los 00s abraza el relato de un amor virtual teñido y marcado por la ansiedad de la tecnología y la fugacidad del sentir presente (“chequeo el móvil cada cinco minutos, espero que me leas, espero que te siga gustando cuando me veas”) y “Adulto Incomprendido”, otro fiel retrato generacional a golpe de verdad machacante y timbres bachateros. Pero si una cosa está clara es que Chenta ha querido dotar de una cierta internacionalidad insólita las mieles de su nuevo LP, sumando a la ya mencionada GFOTY las voces de otras dos colaboraciones, como son las de la productora y cantante Diana Starshine para “Otra Fisicalidad” y la artista multidisciplinar sueca Tami T (recordada por colaborar con Fever Ray y por ser una reconocida cara en labor de la disolución de las líneas del género y la identidad en la escena musical de Suecia) en el tema “Rubberhand”, completamente en inglés y bajando las revoluciones para acontecer a un giro de guión plagado de deliciosa e infecciosa tralla (“Chique de Internet”).
Sin renunciar a su siempre inconfundible manera de trasladar a la pista de baile esos fantasmas melancólicos que ennegrecen la realidad y al servicio de una notable multitud de productores (Ignacio Redard, New Sylveon, Matt Lockshaw, Alex Polanski… por solo citar unos cuantos), Chenta ha localizado las herramientas necesarias para presentarnos un álbum distinto, que se sale de los moldes y de lo previsible, pero que precisamente por ello refleja con tanto acierto el momento vital de desencuentro en el que se halla.